Thursday, August 25, 2011

Pensé que callar era fácil
pero entramos gritando las desesperaciones
en otoño
en invierno...

El cuarto de atrás se llena de recriminaciones
sin fundamentos
solo por el placer de discutir.

Mientras,
todos sentados a la mesa
engullen el vino
que remoja sus pecados
que no se lavan en nuestra casa.

Y tu silueta de espalda
figura encaramada en bestiales mentiras de porcelana
que se quiebran en la biblioteca
de mis peores sueños.

La soledad cerrara tu puerta por dentro,
ya veras
y padecerán los ángeles caídos de tu corte
enfermos de vergüenza.
Sin mas justificación que el fracaso por delante y por detras.

Por mi lado caminare tranquila
tal vez callada.
Sin mas que decir: -hasta nunca-.