Era una caja de madera, aveces de carton.
Llena de barro, un barro negro de textura arenisca a la vez humedo,
aveces era profundo otras veces no.
Mis dedos jugaban aplanando su superficie constantemente
era importante que estuviese lisa
Lista para introducirle cinco monedas repartidas en su aveces profundidad
eran monedas antiguas gruesas
de material noble
Aveces eran redondas
Aveces como piezas de rompecabezas que calzaban perfectamente
cada una llevaba una inscripcion unica que representaba una unidad, un tiempo, un periodo, un estilo.
el rito era esconderlas bajo el barro,
esconderlas para mi
eso era todo
pero habia que hacerlo bien ceremoniosamente
en el momento preciso.
Nunca lo hice, pero las vi enterradas asomadas
como un mal chiste arruinado.
Me acorde de la parabola del talento que hay en la biblia, la historia del padre que les reparte dotes a sus hijos
uno se la gasta
el otro la invierte
y el otro la guarda
el que la invierte la doblega...el hijo prodigo
cinco talentos bajo el barro
escondidos bajo el barro
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