Te cuento que al ver tus ojos frente a la ventana,
pensé en aquella vez que caminabas tan orgullosa
con esa cartera de cocodrilo brillante. Paseando tu canario
por la calle del mercado, tirándolo de una correa
forrada en cristales plásticos.
El ritmo era lento por los pequeño y frágiles pasos del ave.
Excepto cuando volaba y sobrepasaba las lonas y toldos de los locales,
y te hacia correr para alcanzar su vuelo.
Pensé en como sería vivir tu vida
tan desprendida.
Y la radio cambio sola su dial para tocarme esa canción
que cantabas cuando despertabas.
y recordé cuanto me desagradaban esos canticos ferborosos de un pop
frances, que pareciera no tener razón de ser.
Te puedes quedar en mi casa, dije, pero te fuiste
de todas maneras.
Despues de eso ya no supe que mas decir.
Ni siquiera hoy cuando vi tu reflejo en la vidriera de la esquina.
Y escribo ideas
era feliz
estabas tranquila
fue una epifanía
y hoy duele toda la melancolía de un año duro,
que apenas lloré para despedirte.
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