piensa sobre el colchón luego de culminar
mientras observa su pecho exhausto, elevándose y retrayéndose.
No existe la una sin la otra,
conviven siempre acopladas.
Solo que aveces la tristeza decide acallarse
para que brilles en la dicha.
Hoy no es como ayer, retoza entre las sábanas
sin querer abandonarlas.
Sabemos que en este mundo abunda la injusticia,
es cosa de observar sin tanta detención la calle.
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